La importancia de los momentos tontos

Proyecto personal


Ese día tenía ganas de dibujar pero no sabía el qué. Verano en Mallorca, mucho calor y un esguince. ¿Qué puede inspirarme? Fijarme en mi alrededor, las pequeñas cosas. Esta es una práctica de autoficción, por que los gatos no vuelan, prefiero el melón a la sandía y mi sofá es más grande. Aunque quizá yo sí que levito cuando nadie mira.

La playa está sobrevalorada.

Anterior
Anterior

No somos nuestro trabajo

Siguiente
Siguiente

Fans de Sant Jordi